Todos hemos escuchado que las palabras tienen poder. Quizá el origen de la frase se remonte a los contextos judeocristianos y la creencia en Dios como creador. Sin embargo, esta frase más allá de parecer un cliché es una de las oraciones más reales de la existencia.
Es con palabras como se convence al mundo. Los mejores oradores tienen la capacidad de hacer tomar acciones a millones de personas para bien o para mal. El poder de lo que expresamos se acentúa especialmente en la educación de nuestros hijos. Esto es así, porque los niños siempre escuchan y debemos guiarlos a través de lo que escuchan de nosotros.
Por la gran importancia del tema hemos escogido hoy darte algunas recomendaciones para que lo que le digas a tu hijo sea para su bien. Esto lo enfocaremos en la etapa escolar que es una de las más relevantes para animar y fortalecer a nuestros pequeños
Los niños y las palabras
Desde la etapa del embarazo los niños están escuchando. Las palabras de la madre, el padre y las personas que rodean el hogar le transmiten mensajes al pequeño. No solo lo que se dice sino cómo se dice y los diversos sentimientos, especialmente de la madre, guían y le comunican algo al bebé en el vientre materno.
Después del nacimiento el proceso continua de la misma forma. Desde que llegan al mundo exterior los niños inician un proceso de aprendizaje que generalmente se compara con la absorción de una esponja. A eso han llegado al mundo: a aprender y nosotros como padres debemos ser los primeros y principales educadores.
Más adelante, en la etapa escolar, los niños se guían por lo que sus padres, sus compañeros, sus maestros y las diferentes personas con que interactúan les dicen. Estas palabras que escuchan le dan información, correcta o errónea, sobre quienes son ellos y qué pueden llegar a realizar.
Por todo lo anterior, debes ser consciente de cada palabra que expresas a tus hijos en edad escolar y en todas las etapas de su vida. De esto dependerá, en gran parte, el desarrollo presente y futuro de tu pequeño.
Recomendaciones sobre las palabras que utilizas con tus hijos
La edad escolar es uno de los momentos más cruciales en la formación de las personas. Muchos individuos han cambiado drásticamente sus comportamientos, creencias y cosmovisión en esta parte de la vida. Es más, la mayoría de las personas se transforman en la escuela para bien o para mal.
A partir de lo anterior, es fácil identificar que es muy importante que las palabras que expreses a tus hijos en estas edades deben resonar más fuerte que cualquier estímulo negativo que venga fuera del círculo familiar. Las siguientes recomendaciones están hechas para ti, para que logres con tus expresiones transformar para bien a tu hijo.
Expresa a tu hijo amor, respeto y aceptación
En muchas ocasiones las expresiones hacia los hijos son como balas para sus pequeños corazoncitos. Por esta razón, son diversas las campañas en contra del maltrato verbal y de otro tipo contra los niños. Además de eso, las condiciones actuales de la vida muestran un panorama poco amoroso a los pequeños.
Por todo esto, las palabras de los padres hacia los hijos deben demostrar amor, respeto y aceptación. Aún en los momentos de reprensión o disciplina el amor debe estar presente. Un niño que se siente amado en casa siempre la tendrá como un refugio y encontrará la forma de comunicar lo que le está pasando afuera, en la escuela o en sus diferentes interacciones.
No los minimices con tus palabras
En algunas ocasiones los padres le decimos a nuestros hijos cosas o exigencias demasiado severas. Cada niño tiene un proceso de desarrollo diferente y las comparaciones con otros niños no son buenas. Expresiones como “nunca sabes nada”, “¿por qué eres tan bruto?” Y similares son demasiado hirientes para los niños.
Debes evitar estas palabras y cambiarlas por las que sean positivas. Por ejemplo, puedes decirle “las equivocaciones pueden suceder, pero siempre puedes mejorar aprendiendo de ellas” o “lo puedes hacer mejor”. Con este tipo de frases estás guiando a tus hijos a mejorar y no los estás hiriendo o denigrando.
Siempre celebra sus logros con palabras positivas y corrige los errores de la misma forma.
Evita bromas perjudiciales
Las bromas o palabras relajadas son expresadas en muchas ocasiones para referirse a defectos o falta de habilidades en los niños. Por ejemplo “parece que solo duermes en clase” o “es más inteligente el perro que tú” rayan en lo inadecuado. También, son perjudiciales las expresiones que tratan de coartar los sentimientos “un macho no llora” u frases similares.
Debes ser conscientes que los has traído al mundo para formarlos. Los niños no comprenden de la misma forma cada una de las palabras que le decimos. Busca que siempre que le hables de manera graciosa sea para bien o mejor evítalo.
No los culpes ni te hagas la víctima
Es muy normal escuchar en las casas frases como Señor ¿Qué estoy pagando con este hijo? O “me tienes enferma”. Estas expresiones no contribuyen a nada y crean sentimientos perjudiciales en los niños. Hacerlos sentir de que son los culpables de todo lo que sucede en casa los confundirá y cohibirá.
Vivir con un sentimiento de culpa es tan agobiante que algunos niños incluso llegan a tener pensamientos y acciones suicidas. También, pueden generar conductas depresivas u otros trastornos. Lo mejor es que siempre le hagas sentir que a pesar de sus errores o equivocaciones puede mejorar.
Tú también debes disculparte por lo que hiciste mal o expresaste de forma inadecuada. La corrección es necesaria, pero siempre debe estar basada en el amor y ejemplificada en tus acciones.
Lo que debes hacer y últimas recomendaciones
Además de todo lo anterior, no debes realizar comparaciones perjudiciales. Trata de no amenazarlos o humillarlos por sus errores académicos, ni por nada. Recuerda que tus palabras siempre deben ser para formar y no para destruir y humillar.
Explica a tus hijos las cosas de la manera correcta, a saber, con amor y de acuerdo a su edad. Déjale claro que siempre puede ser una mejor persona, que cambiar es posible, que puede mejorar en sus asignaciones escolares y que muchas veces lo que dicen los demás de él no es cierto.
El concepto de sí mismo que tenga tu hijo depende en gran parte de ti. Por esta razón la paciencia debe estar siempre presente. Ama a tus hijos con todas tus fuerzas y dales palabras que muestren ese amor y que lo fortalezcan en las diferentes etapas de su vida.