De eso tan bueno no dan tanto los milagros existen. Alguna vez te han dicho DE ESO TAN BUENO NO DAN TANTO?. Pues la verdad difiero un poco o puedo decir que no aplica en todas las ocasiones. Soy mamá múltiple, desde niña siempre le pedí a Dios que me diera una familia hermosa como la mía. Así como un papá de otro mundo, absolutamente entregado, de lavar y planchar como decía mi abuela y una mama como no hay otra.
Para esa época era de las pocas mamás profesionales que trabajaban, amorosa y siempre allí para nosotros. Así que pasaba poco tiempo después de que llegáramos mi hermana y yo del colegio a casa de la abuela, para que ella llegara del trabajo para estar con nosotros.
Bueno ese deseo se hizo realidad y tengo una familia maravillosa que nunca me imaginé. Una familia que siempre soñé, con tener dos hijos, no porque no me gustara pensar en más hijos si no porque una familia más numerosa tiene múltiples responsabilidades que cubrir en esta época.
De eso tan bueno no dan tanto
Sin embargo el destino tenía algo diferente pensado para nosotros, mi hijo mayor tiene 5 años y mis trillizas 4; su llegada bueno, fue una sorpresa para todos. Ya que lo que comenzó con un pequeño sangrado y que pensé era una amenaza de aborto fue el momento en que descubrimos que seríamos padres por segunda vez y en esta oportunidad de trillizas.
La noticia de primera mano fue un baldado de agua fría, algo que nunca pasó por tu cabeza y simplemente sucedió, vienen a tu mente muchas ideas, pensamientos, sentimientos y en un momento no sabes si reír o llorar. Sin embargo, al final terminas haciendo ambas cosas. Mi esposo también quedo de una pieza con la noticia y por un momento nos quedamos sin palabras, fue el recorrido que hicimos del consultorio al apartamento.
Y sin más empezó en ese momento una nueva historia en nuestras vidas. Por un lado, las primeras semanas hubiese querido vivirlas de otra manera y es la experiencia que quiero compartirles.
Dios me ayudo en mi embarazo
Cuando me dijeron que un embarazo múltiple era un gran riesgo, que cómo podía llegar a fin de termino, podía no hacerlo, que podríamos llegar con uno, dos, tres o ningún bebe. Y además hasta yo podría perder la vida. Por ello, el sentimiento que me invadió con la noticia fue absolutamente agobiante.
Para decirlo con otras palabras, estaban poniendo en mis manos la decisión de optar por cuantos bebes quería conservar. Por lo que yo solo pensaba que no era posible que Dios me hubiese puesto en ese camino para yo tomar esa clase de decisiones.
Decisiones díficiles
Por otro lado pensaba si era egoísta de mi parte no tomar una decisión con toda esa información que me estaban suministrando. Es decir, querer llegar con todo y ponerme en riesgo y con ello poder dejar a mi primer bebe sin mamá. También podría perderme verlo crecer y disfrutar de su existencia, así como dejar a mi esposo sólo con esa responsabilidad.
Por eso, rápidamente la felicidad de un embarazo extraordinario; esa noticia, la había convertido en un dolor intenso. Y lo había convertido en una angustia profunda, y un desasosiego permanente.
Fueron las 11 semanas más largas y angustiantes de mi vida. Por consiguiente, fue el tiempo que tenía para tomar una decisión de como quería llevar mi embarazo. Por un lado, me sugirieron luego de evaluar la condición de los tres bebes pensar en quedarme solo con dos y disminuir el riesgo. Es decir, podía elegir terminar con la vida del bebe más pequeño. Ya que sus resultados arrojaban lo que parecía podía ser una patología que no permitiría un desarrollo normal, y no sabían que podía ser de su vida si llegará a nacer.
En palabras simples, el procedimiento que se haría le causaría un infarto al pequeño feto y yo con solo escuchar lo que pasaría me derrumbé por completo. Con esta solución, lloraba mi alma al escuchar esas palabras y que quisieran que yo tomara esa decisión en busca de un bien mayor.
me sonaba absurdo, si una de las niñas venía con una condición especial quería aguardar a que llegará, y aprender de ella y disfrutarlo si así fuera, el tiempo que el cielo fuera a prestármela
Por eso, lo que me preocupa realmente era el poder estar aquí para ellos, para disfrutar de la familia que estaba creciendo ante mis ojos. Por lo que no veía porque tenían que haber sombreado en grises un momento que pensé maravilloso. Ya que ser madre de 4 tesoros en un abrir y cerrar de ojos no me lo habría jamás imaginado.
Tomar la decisión correcta era lo que me perseguía las 24 horas del día
Contarlo ahora parece simple pero día y noche rogué al cielo por una señal de qué hacer. Y cada día implore por superar ese momento y poder estar tranquila con la decisión. Así que me vi absolutamente feliz con una gran familia y al segundo veía la posibilidad de morir en el intento y perderlo todo. No tomar la decisión correcta era lo que me perseguía las 24 horas del día. Pensaba que si me había llegado la información del riesgo de mi embarazó y una opción para remediarlo, tal vez esa podía ser la señal
A partir de ese momento, rápidamente no dejaba de penar, que no podían haber puesto en mis manos un regalo tan maravilloso de tener tres vidas creciendo dentro de mí, para arrebatármelo de nuevo teniendo que elegir entre ellas.
Los milagros existen
Llego el momento de tomar una decisión. Así que decidí, que si Dios había puesto en mi camino tres almas hermosas todo podía ser posible, que en ningún momento quiso que yo tuviese que tomar una decisión frente a ello. Solo debía ponerme en sus manos como lo hecho toda la vida. Y disfrutar de mi embarazo, cuidarme tal y cómo lo había hecho en el embarazo de Martín.
De eso tan bueno si dan tanto
Así que puedo decir con toda tranquilidad que de ESO TAN BUENO SI DAN TANTO. Mis trillizas son un regalo maravilloso en nuestras vidas, Julieta, Isabel y Valentina son tres mundos completamente diferentes. Tres mundos, que llenan nuestras vidas y la de Martín de diferentes colores, matices, olores y sabores.