Cuando tenemos la responsabilidad de cuidar a nuestros hijos, son muchos los aspectos de su salud a los que debemos hacer seguimiento estrecho. Y si bien hay cosas que nos despiertan una alarma obvia e instantánea, como un episodio de fiebre alta, hay otros temas en los que debemos agudizar la observación. La visión en los niños es uno de ellos.
Si estamos atentos a la forma en que nuestros hijos se relacionan con el entorno que los rodea, podremos ser capaces de distinguir comportamientos extraños o atípicos, que nos permitan hacer correcciones a tiempo. Los pequeños deben visitar el optómetra desde los seis meses de edad, momento en el que pueden presentarse alteraciones visuales y oculares que les afecten.
Desde los seis meses y hasta los dos años de edad, es fundamental que el pequeño sea valorado por un profesional de la salud visual. Estos primeros meses de vida son vitales para que la visión en los niños se desarrolle de manera óptima, previniendo o tomando medidas correctivas sobre problemas que puedan presentarse. Luego de ese tiempo, la valoración podrá pasar a hacerse anualmente.
¿Por qué acudir al oftalmólogo para cuidar la visión infantil?
La visión en los niños es uno de los factores más importantes para su desarrollo. Es a través de este sentido que nuestros pequeños conocen el mundo, aprenden de formas y colores y distinguen los rostros de sus seres queridos. Pero no siempre le damos la importancia que merece. Cuando, como padres, nos descuidamos en este aspecto, podemos tener consecuencias negativas para el bienestar de nuestros hijos.
En los primeros meses de vida, la revisión oftalmológica puede detectar enfermedades graves como Retinoblastoma. A partir del primer año y hasta los cuatro años, los trastornos visuales refractivos de miopía e hipermetropía son los más tratados, además de la prevención de la muy común Ambliopía, también llamada ojo vago. Hasta los quince años de edad son necesarias las revisiones anuales para comprobar la estabilidad de la graduación y el desarrollo los órganos oculares.
La Oftalmología infantil es la encargada de velar por la visión en los niños. Estos profesionales tienen la función de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades que afecten los ojos, teniendo en cuenta que son órganos que crecen de manera continua hasta aproximadamente los ocho años.
Los oftalmólogos pediátricos son diestros en el manejo de patologías como las enfermedades congénitas, la ambliopía u ojo vago, el estrabismo, así como las inflamaciones e infecciones. Su labor en el cuidado preventivo de la salud de los niños es fundamental, especialmente si consideramos asuntos como que uno de los motivos de fracasos escolares más comunes, se debe a problemas de visión en los niños que no han sido diagnosticados y tratados a tiempo.
La Ortóptica: aliada en el tratamiento del ojo perezoso
Son muchas las patologías que pueden presentarse en el sentido de la vista de los más pequeños del hogar. Algunas son particularmente comunes, como la Ambliopía, conocida también como ojo perezoso. Se trata de un problema que se desarrolla desde el nacimiento y hasta los siete años de edad aproximadamente, causando afectaciones en la visión de uno de los ojos.
Para el tratamiento de este problema, así como de otras afecciones en la vista de los más pequeños, la Ortóptica es una aliada fenomenal. Se trata de una disciplina aliada de la oftalmología, en la que se diagnostican y tratan los defectos en los movimientos oculares, así como los problemas asociados a la visión binocular.
Estos problemas de visión en los niños pueden ser generados, bien por defectos en la musculatura del ojo, o bien por malos hábitos desde los primeros años de vida. En líneas generales, estas terapias apuntan a un entrenamiento visual, en el que, realizando ejercicios específicos de manera constante, se mejora el funcionamiento de estos órganos. La terapia de ortóptica funciona bajo los siguientes esquemas:
- Se proponen ejercicios visuales que deben ser realizados tanto en el consultorio como en el hogar, con una periodicidad determinada.
- Se pretende que ambos ojos logren trabajar de forma coordinada, favoreciendo la visión bifocal.
- Se propicia a través de la terapia, el completo desarrollo de la capacidad visual del niño.
Sin duda que la visión en los niños es uno de los factores esenciales de su desarrollo integral. No sólo afecta la forma en la que ven y entienden el mundo, sino también sus maneras de relacionarse e incluso de aprender. No te descuides con este tema y recuerda llevar a tu pequeño a revisiones oftalmológicas, al menos una vez por año.