Enseñarle a nuestro hijo la diferencia entre lo bueno y lo malo es fundamental para el desarrollo del carácter. Debes saber que este último se desarrolla principalmente en los primeros siete años de vida de cada persona. Es decir, que hasta esta edad debes hacer todo lo posible por brindar la mejor formación para el futuro de tu hijo.

Las personas no nacen con la habilidad intrínseca de diferenciar lo bueno y lo malo. Además de eso, nadie la desarrolla de manera aislada o personal. Es por esta razón que los padres somos tan importantes en este desarrollo, pues debemos guiarlos a través de ese largo camino para que diferencien el bien del mal.

El amor: la primera enseñanza de lo bueno y lo malo

El amor es una de las principales herramientas para enseñar qué es lo bueno y lo malo. Debemos enseñarles a nuestros hijos a que nos amen. Cuando un hijo aprende a amar a sus padres está dando el primer paso para la obediencia y el conocimiento del bien.

Además de lo anterior, un niño que se ama a sí mismo tiene el fundamento para amar a otros. Desde esa perspectiva, debemos enseñarles a que se amen, que nos amen a nosotros como padres y , a partir de allí, que aprendan a amar a los demás. Con estas bases del amor ellos podrán aprender de una manera más fácil la diferencia entre el bien y el mal.

Tips para que enseñes a tu hijo a diferenciar el bien y el mal

Como los niños no tienen la capacidad completa de controlar su conducta somos los padres quienes debemos guiarlos. Por esta razón hoy queremos darte estos tips para que la formación integral de tus hijos sea más fácil y efectiva. Así que vamos a ellos:

Establecer normas

Lo primero que se debe tener en cuenta es que debes ponerle normas a tus hijos. No importa la edad, como se dijo anteriormente, son los primeros siete años los más importantes para el desarrollo del carácter. Desde esta perspectiva, estos primeros momentos de la vida son ideales para la enseñanza de las normas.

Desde sus edades más tempranas los niños deben seguir normas. Este será un proceso largo, pero de alta efectividad para que los pequeños aprendan que es lo bueno y lo malo. estas normas pueden consistir en horarios de juego, vocabulario a utilizar, cosas que se pueden hacer y no, entre otras.

Dar restricciones

Este aspecto es íntimamente relacionado con el anterior, sin embargo, no son iguales. En el proceso de enseñanza del bien y el mal los niños deben tener restricciones. Estos límites deben marcar lo que no deben realizar en casa o en el público. En las diferentes etapas de la vida debemos segur restricciones, por eso enséñale a tu hijo a respetarlas desde la infancia.

Las restricciones buscan evitar que los comportamientos inadecuados se repitan o, en algunos casos, evitarlos por completo. Primero, es la familia quien las impone, no obstante, con el paso del tiempo será la escuela, el estado, la iglesia u otros organismos quien las comunicará también.

Enséñale las consecuencias de sus acciones

Los niños deben conocer las consecuencias de cada una de sus acciones. Sabemos que la vida siempre responde a cada actuación nuestra, algunos de estos resultados son más tangibles y propios para que tu hijo aprenda que es lo bueno y lo malo.

Por ejemplo, si tu hijo le quita algo a un amiguito debes demostrarle a través del sufrimiento del otro niño que lo que ha hecho está muy mal. Esto es aplicable para las cosas pequeñas y grandes de la vida. Sumado a esto debes enseñarle a disculparse, devolver lo que no es suyo y, en otras palabras, resarcir en lo posible el daño causado.

La disciplina como ejemplo de lo bueno y lo malo

Son muchos más los consejos y tips que puedes aplicar para que tus hijos aprendan el bien y el mal. Sin embargo, todos ellos serán nulos si tú mismo como padre incurres en comportamientos inadecuados. Por esto, es muy importante que seas consciente y claro a la hora de disciplinar.

Cada vez que pretendas enseñarle a tu hijo que algo es bueno o malo debes hacerlo correctamente. No reprendas a tu hijo con palabras ofensivas, despreciables o que muestren un enojo incontrolable. Antes de disciplinar a tu hijo tú mismo debes demostrar control y amor.

La disciplina debe centrarse en la corrección de las consecuencias de las acciones. No es una forma para que te desahogues de lo que te pasa en la vida. Lo que debes pensar es que cada vez que disciplines a tus hijos ellos puedan aprender a comportarse mejor y avanzar en la vida.

Tip adicional: la moralidad

En un libro de Dan Ariely denominado “¿por qué mentimos? y en especial a nosotros mismos” se muestra la importancia de la moralidad en el aprendizaje de la buena conducta. A través de diversos experimentos los investigadores descubrieron que las pequeñas normas morales o tener un sentido moral guía de manera positiva la conducta.

Por lo anterior, si eres un creyente tienes las herramientas adecuadas para que tu hijo conozca el bien y el mal. Sin embargo, no debes ser exclusivamente un fiel de algún credo, sino que los pequeños estímulos visuales en casa pueden guiar hacia las conductas morales. Es decir, si pones en tu casa anuncios o imágenes que guíen lo que se debe o no hacer, esto será de gran valor en la formación de todos.

Pequeños carteles como “lávate las manos”, “haz tu tarea de la mejor manera” o imágenes que ejemplifiquen lo que se debe hacer son ideales para este objetivo. En los más pequeños la carita triste o la carita feliz son un recurso muy efectivo.

Esperamos que estos tips sean de gran ayuda y que cada día eduques de la mejor manera a tu hijo para que sea de bien para tu familia y para la sociedad.